Hollywood intuye con temor un nuevo retraso en sus grandes estrenos.
La industria audiovisual lleva cerca de tres meses parada, y la angustia ante las pérdidas monetarias ya ha apurado a los gobiernos de Nueva Zelanda o Reino Unido a permitir que prosigan los rodajes de grandes proyectos de Hollywood dentro de sus fronteras. Un buen modo de estimular la economía local, pero que se ocupa sobre todo del futuro: en el momento presente, el gran problema de las compañías cinematográficas es que no tienen cines donde estrenar sus películas y descongestionar sus calendarios.
La situación es especialmente grave en EE.UU., donde en mayo y junio ya se dieron intentos de reapertura para sus salas de cine y parece haber quedado claro que fue un movimiento demasiado prematuro. Florida, de hecho, tuvo récord de contagiados por COVID-19 en un solo día, y mientras que algunos cines a lo largo del país han decidido recurrir preventivamente a los reestrenos, tanto este estado como los de Texas y California han registrado un ingente número de casos en las últimas semanas.
Cadenas de cines como AMC y Regal han intensificado sus medidas de seguridad en cuanto a la higiene y la distancia interpersonal, pero los expertos aseguran que sitios cerrados como estos suponen las vías más proclives al contagio, y la situación ha llegado al punto de que en una ciudad como Nueva York no hay ni una sala de cine abierta. ¿Qué significa todo esto para los grandes estrenos que las compañías tenían previsto lanzar en las próximas semanas?
Pues, como cabe imaginar, nada bueno. Los medios de comunicación han hecho eco de las palabras de Eric Handler, analista de la industria de la exhibición, que no se muestra nada optimista ante la perspectiva de que Tenet o Mulan, los grandes blockbusters con los que Warner y Disney pretenden liderar el camino de vuelta a la normalidad, se estrenen en las fechas previstas. De hecho, considera que “hay una baja probabilidad” de que esto ocurra.
En caso de que Warner y Disney acaben anunciando que estas películas se retrasan no sería la primera vez. A cada semana, las empresas han tenido que actualizar su calendario; en el caso de Disney incluso mandando films directamente al streaming como atestigua lo ocurrido con Artemis Fowl y The One and Only Ivan. En lo que respecta a la película de Christopher Nolan, su estreno está fijado para el 12 de agosto en EE.UU. luego de dos aplazamientos previos.
Queda exactamente un mes, y Eric Handler enumera múltiples motivos que refuerzan la posibilidad de un nuevo aplazamiento tanto en lo que respecta a Tenet como a Mulan, que teóricamente llegaría a los cines el 21 de agosto. Gavin Newson, gobernador de California, ha decretado el cierre de bares, restaurantes y salas de cine de Los Ángeles y otros 18 condados mientras las cadenas de cine no dejan de acumular deudas, y se ha de esperar a la “lenta reapertura de la economía de Nueva York”.
Handler cree que gran parte de las salas estadounidenses podrían reabrir “como muy pronto” en septiembre, y ha realizado una aproximación a las pérdidas económicas que afrontaría la industria por culpa de la pandemia. El analista asegura que la taquilla caerá en un 70% frente a los 11.000 millones recaudados en el mercado doméstico el año pasado, aunque las cosas podrían mejorar en 2021.
“Más allá de este año, existe una demanda acumulada suficiente para que los consumidores salgan de casa a entretenerse, aunque esta asistencia sea probablemente gradual”, explica, fijando en unos 9.000 millones los futuros ingresos. Para que estos puedan llegar a materializarse aún queda mucho, sin embargo, y Hollywood tiene la opción de o bien seguir retrasando sus estrenos o bien distribuirlos en los países extranjeros donde las salas de cine sí hayan podido abrir.
Lamentablemente (para desgracia de los cines fuera de EE.UU. y del propio Christopher Nolan), esta segunda opción no parece probable, y solo queda estar atentos a nuevos datos en los próximos días.