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‘Demon Slayer’ supera a ‘El viaje de Chihiro’ en Japón.

En plena pandemia, y en un año marcado por la poca afluencia de espectadores en las salas, en Japón ha ocurrido un hito que parecía imposible. La película ‘Demon Slayer’, secuela de una exitosa serie de anime, ha destronado a la obra magna de Hayao Miyazaki, ‘El viaje de Chihiro’, como la película más taquillera de la historia del país nipón.

El film de Miyazaki, todo un éxito de crítica y público desde su estreno en 2001 – Oscar a Mejor Película de Animación incluido – y que superó incluso ese año a ‘Titanic’ en cuanto a recaudación en el país, parecía imbatible en la copa de la taquilla japonesa. Pero en este momento, según informaciones del Japan Times, la película de Haruo Sotozaki pasa ahora a conseguir ser el mayor éxito comercial en la historia de Japón. Desde su estreno el 16 de octubre había arrasado las taquillas del país: 24 millones de espectadores han acudido a verla, recaudando un total de 32.470 millones de yenes (unos 256 millones de euros).

Así que 19 años después, ‘El viaje de Chihiro’, que recaudó 31.680 millones de yenes (unos 250 millones de euros), ha perdido dicho “honor”. Y es que el éxito de ‘Demon Slayer’ está siendo tan arrollador que llegó incluso a superar la barrera de los 30 millones de yenes en recaudación en solo 59 días (frente a los 253 días que necesitó la película de Miyazaki). Las cifras de ‘Chihiro’, eso sí, no están ajustadas a la inflación del precio de las entradas.

Sobre este suceso, que ha sido toda una noticia en Japón, se ha pronunciado Hayao Miyazaki. El director y dibujante ha protagonizado una anécdota de lo más divertida cuando fue abordado por periodistas en su vecindario mientras salía a recoger la basura. No se le vio muy preocupado al maestro que digamos, que cuando fue preguntado si había visto la película respondió: “No la he visto. Rara vez las veo, veo otras cosas. No veo televisión ni películas. Soy un viejo jubilado que recoge la basura”.

Al fundador de Studio Ghibli también se le preguntó si se sentía mal por los lamentos de sus seguidores después de haber perdido ese lugar, pero él solo quería seguir recogiendo la basura: “No me importa eso. La industria estará inflada en estos días. De todos modos, necesito recoger la basura”, recalcaba.

Ajeno e indiferente a toda esta clase de ruidos innecesarios, al genio, como a todo artista, solo le interesa que la gente haga bien su trabajo: “No creo que eso tenga nada que ver conmigo. Mientras el lugar de trabajo que hagan sea pacífico, y hagan lo mejor que puedan, eso es todo lo que importa”, se limitó a decir también.

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